domingo, 26 de abril de 2009

Cuentos de una tarde de Domingo y algo más.

Era ingenioso cuando los demás eran entusiastas y entusiasta cuando ya todo el mundo empezaba a ser reflexivos y reflexivo cuando todos querían divertirse y estúpidamente divertido cuando todos andaban cansados.
He atado todas vuestras promesas con los cordones de mis zapatos y las he tirado al mar. Pero el pensamiento más estúpido de una tarde de Domingo es DESTINO. ¡Dejad a los niños tranquilos!
Estoy sentado en la terraza con una cerveza en la mano y me he puesto a pensar en todas las cosas que vuelan por ahí fuera, cosas aparentemente inocentes que pueden volverte loco en cuanto te descuidas.
Las canciones tapan el silencio igual que el ruido al silencio. Quedarse colgado en tierra de nadie, como una cometa en el tejado es algo y ese algo es siempre mejor que la tristeza.
Te pusiste el bañador justo antes de que ellos dijeran: Enero. Dijiste: Lo siento sinceramente, he tenido una infancia extraña. Pero ello te dijeron: No es nada personal, sólo estamos disparando contra todo lo que se mueve.
Ella era camarera y el trabajaba en una gasolinera. No era una gran historia, pero si un gran amor.
¿Has oído la misma canción quince o veinte veces seguidas? Femme Fatale, por ejemplo. ¿Has oído a Nico cantar Femme Fatale veinte veces seguidas?, o cualquier otra. Da lo mismo. ¿Has oído Space Oddity cien veces? ¿Has perdido alguna vez el hilo, como si te quedases colgado de alguna pregunta en medio de un programa de televisión?
Esta nación, la maldita España asesina de poetas y animales y todas las otras naciones.
En esa habilidad que tenía para demoler todo lo que yo había mirado mal.

No era una gran historia, pero si un gran amor.

2 comentarios:

  1. Amo las cosas que si te descuidas te vuelven loco... Son divertidas...
    Beshos!

    ResponderEliminar
  2. Yo soy de las que pierde el hilo sin parar... no sé si es bueno o malo, pero me paso la vida buscándolo...

    ResponderEliminar