jueves, 5 de febrero de 2009

Tokio

Es carmín, es carmín el color de tus labios. Las pestañas se tuercen entre la diagonal de la vida y la muerte. Los ojos de mirada perdida en un ambiente de blanco amargo como el de una mañana de verano. No intentes pisar mis cordones desatados, no caeré en un agujero en espiral de luces de Bohemia. Dicen que esta ciudad no es tan bonita pero cuando el hueco en tu codo huele a rosas todo vive en la miseria de un otoño en el mar. No soy bueno, no soy correcto, no soy nada, no soy más que una corriente matinal.

Mañana quiero emborracharme para olvidar lo que fui y lo que seré.

1 comentario:

  1. La espiral de la que hablas es un sinfin de luces de colores que a primera vista parecen seguir un orden caotico, pero que es lo que en realidad quieren ser, un completo caos de vicio y luces de neón. Haces bien en no caer :)

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